Son las siete de la
mañana de un día de verano. Mi madre me despierta, como acordamos
ayer, y me tiene preparado un tazón de leche con un par de galletas
María (de esas gordas que se bebían media taza cuando las echabas
dentro). Acabo de cumplir nueve años y, en esta época, toca hacer
una de las cosas que más me gustan…las labores del campo y las
propias de la era. Aún con lagañas en los ojos y a toda prisa,
corro como alma que se lleva el diablo a casa de mi tío.
Allí quedé
el día anterior para ayudar en lo que fuese menester a pesar de mi
temprana edad y mi nula experiencia como aprendiz de jornalero. Corro
tanto como me permiten las piernas y las sandalias de goma hasta casi
darme de bruces con el portón de la casa donde espera mi tía con la
“capacha” preparada y el burro “pajarito” listo para la monta
y con sus “amugas” en su sitio, ya que será mi compañero de
trabajo durante la jornada.
“Pajarito” era
más listo que el hambre. El solo era capaz de adivinar en qué lugar
de la vega otureña se encontraban mi tío y mi primo (entonces de
catorce años) y me llevaba sin ni siquiera tener que arrearlo.
Cuando llegábamos, nos encontrábamos la siega muy avanzada y las
“gavillas” preparadas para su traslado a la era. Recuerdo cómo,
al llegar, soltaban las hoces y se quitaban los “dediles” de
protección para dar cumplida cuenta del fondo de la “capacha”
para reponer fuerzas. Llegada la hora, tocaba “balcinar” las
mieses a la era y para ello usaban dos mulos y a mi querido
“pajarito”.
Viaje tras viaje, se conseguía la suficiente
cantidad para hacer una “parva” en las eras del barrio alto, que
es donde continuaba la fase más atractiva y arriesgada para mí.
Después de quitarles a los mulos los aperos, los hacían dar vueltas
sobre la mies para aplastarla lo suficiente como para poder meter en
ella la trilla sin grave riesgo de accidente. Mientras tanto, yo iba
a lomos de “pajarito” al abrevadero del Puente de la Era (junto
al bar Repica) con la damajuana más seca que la mojama para
reponerla de rica y fresca agua tan necesaria para hacer más
llevaderos los rigores del caluroso verano. Cuando volvía, ya me
encontraba a mi primo subido en la trilla dando vueltas y más
vueltas, moliendo y moliendo, hasta desgranar poco a poco el fruto de
tanto trabajo. No llegué nunca a entender el por qué se giraba
siempre en sentido contrario al del reloj pero adivino recordar a mi
tío decirme “niño…no preguntes tonterías..”. El caso es que,
después de almorzar y bien entrada la tarde, llegaba la hora de
separar el grano de la paja.
Como ya se sabe, las tardes veraniegas
en el pueblo son algo ventosas y es, aprovechando esa brisa, cuando
se “adventaba” consiguiendo una pila de paja, por un lado, y el
grano limpio por otro. Llegada la hora se “daba de mano” y me
despedía no sin antes coger de la oreja a “pajarito” y decirle
que, al día siguiente, me esperase como fiel compañero.
El ciclo
continuaba y yo, aunque cansado, era feliz aun cuando me restregaba
en la bañera el resultado de mi jornada sudorosa pero, a la vez,
deseando encontrarme al día siguiente mi tazón de leche y ese par
de galletas gordas dentro.
Cuántos recuerdos me trae este artículo. Gracias por llevarnos por un momento hacia nuestro pasado más reciente.
ResponderEliminarNo se preocupe, Vera como aparece el mostruo.#####
ResponderEliminarPor favor explíquese no lo entiendo
EliminarMe lo acaban de leer mis nietos y es como si hablaran de mi sobrino
ResponderEliminarPues no que añoro aquellos tiempos. Quizá eramos más felices?
ResponderEliminarLá felicidade es relativa, de lo que no cabe duda,es que los tiempos son disferentes dentro del espacio.
ResponderEliminarvecinos de pueblo auténticos y no como ahora que hay demasiados que van de señoritos de pueblo.
ResponderEliminarComo decia, Ese célebre presidente de los estados unidos, Haber que puedes hacer por Otura, no lo que Otura puede hacer por ti.
ResponderEliminar¿alguien se acuerda de cuando jugábamos al fútbol en el barbecho de la cañada de la era? donde ahora está el campo de fútbol. Salíamos con los pies ensangrentados y las sandalias casi rotas pero lo pasábamos genial.
ResponderEliminarPues, agora Hay que dar todo, o caso todo, por reanimar Otura, aunque nos salga sangre en el intento, todo sea por los niños as, de Otura.
ResponderEliminarY hay alguien que se acuerde de la "pisa de la mulica". Por favor mande lo que sepa al loro. Ya hacia falta que alguien también se acordara de la historia de Otura ya estamos hasta la coronilla de política y de corruptos
ResponderEliminarLa pisá de la mulica estaba en lo que actualmente pertenece al complejo y entorno del campo de glof. Se llegaba a ella bajando un camino sinuoso flanqueado a la derecha por un balate que delimitaba una finca de almendros y a la izquierda una sima que servía como muladar. La pisá de la mulica estaba junto al barranco y consistía en una gran piedra con huellas parecidas a las de un asno. Era un lugar curioso por su rareza y al cual íbamos los chaveas a por juncos y a pillar ranas del barranco.
EliminarEs verdad lo que usted dice. Ni soy de Otura pero llegue a conocer esa huella en una roca antes de que el campo del golf la hiciera desaparecer. Es lo que yo se.
EliminarMi abuela mis contaba de la pisa que era algo religioso de una mula que llevaba a lomos a un santo o algo así.
ResponderEliminarpues si alguien tiene una fotografía la mande,al loro me gustaría verla.
ResponderEliminarTambién hay un tema importante que no se le ha dado publicidad. Es el tema de la Villa romana aparecida en Otura si alguien sabe algo que lo comente
ResponderEliminarSe, trata de una necropolis romana, que aparecido cuando se trazo la autovia, se descubrio parte y se volvio a tapar, desviando lá autovia unos grados, piensa que és um cementerio de la época de los romanos, siglo 2,3 de esta era, la ciudad, o el asentamiento humano estará cerca.
EliminarSe, encuentra en el suspiro del moro, a la altura del desguace que hay en dicho lugar.
EliminarPues de ser así podría al estar en termino municipal de Otura el descubrirla y darle un lugar a la gente para visitar Otura y algo en economía se le sacará.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo con usted
ResponderEliminarPero creo que ese no es el problema importante de Otura
ResponderEliminarMuchos días sin saber nada de la historia de Otura
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