QUERIDOS REYES MAGOS

Queridos Reyes Magos:

    Os escribo esta carta, con el deseo y el anhelo de ver cumplidas mis peticiones. Ya sé que estáis muy ocupados estos días repartiendo, en lo posible, todas aquellas pequeñas o grandes cosas pedidas, siempre, con mucha ilusión pero os ruego que mi humilde carta no caiga en el olvido de tantas y tantas extraviadas y que nunca se hicieron realidad. Os pediría muchas cosas pero no solo para mí.

 Quisiera retrotraerme a cuando mi pueblo olía a hinojos recién cortados,

al polvo de la era, a los mulos transitando por sus calles sin asfaltar, al olor a primavera de mi infancia, a los veranos de calor intenso, chicharras y grillos...quisiera, por un instante, retroceder en el tiempo hacia aquel pueblo de gentes humildes pero buenas de verdad, donde se dejaban las puertas abiertas o entornadas, sin ningún miedo,

confiados todos en nuestros semejantes porque, nada roba a quien nada tiene. Quisiera que ese espíritu de vecindad, de amistad, de confianza, volviera hoy para quedarse.

Quisiera que desapareciera de nuestras almas la hipocresía ahora instalada, la envidia, el rencor entre paisanos por causas nada confesables. Quisiera que este pueblo cainita se mirase a los ojos de una vez y recuperase aquel espíritu de antaño para caminar por la senda de la prosperidad que nuestros mayores nos enseñaron y que parece hemos olvidado. Quisiera, mis queridos Reyes Magos, que fuésemos capaces de reconocer la labor impagable de tantas y tantas personas que han trabajado, y aún lo hacen desinteresadamente, ayudando a que otras puedan tener un presente o un futuro algo mejor. Quisiera que nos olvidáramos de etiquetas sin sentido, de críticas sin conocimiento de causa, de puritanismo hipócrita, dejar atrás a la vieja del visillo para, todos juntos, ir de la mano en este nuevo año y recobrar, en la medida de lo posible, el pueblo que fué; el de la alameda de la Estación, el del Puente de la era, el de las vecinas tomando el fresco en las noches de verano, el de los jornaleros cuando iban todos juntos de madrugada hacia sus respectivos tajos, el de sabor a queso y olor a vino del Repica, el de juncos del barranco, el de la cosecha del secano..

.Esa unión entre vecinos y esa capacidad de trabajo por sus familias y por el pueblo es lo que hecho de menos, y por eso, os pido que nos dejéis una pequeña dosis de sentido común, empatía para con nuestros semejantes y gran cantidad de esperanza.

  Gracias, mis queridos Reyes Magos.

 PD. Casi se me olvida. La marioneta de cartón de 1974 se me rompió enseguida. A ver si las traéis de mejor calidad.