Han pasado
ya unos días desde las elecciones generales y el resultado confirma lo que
algunos veníamos augurando desde hace tiempo. El Partido Popular se ahoga poco
a poco en su propia arrogancia por mucho que haya sido la fuerza más votada.
Siguen con el tintineo de la recuperación económica aunque sólo sea para
confirmar que unos pocos se han hecho ricos, muy ricos, a costa de dejar en la
indigencia a la mayoría. El PSOE sigue en caída libre y bien haría con soltar
el lastre que tanto le pesa al autodefinirse, todavía, obrero y socialista.
Pareciera que una élite bien acomodada ya no recuerda lo que significa la lucha
obrera.
PODEMOS aparece en la escena política como
una fuerza rupturista. Pretenden acabar con hábitos poco saludables y muy
onerosos para la gran masa social. Vicios enquistados que no nos han traído mas
que clientelismo partidista y barrigas agradecidas para justificar la
perversión de un sistema ya caduco. CIUDADANOS por su parte, se muestra como la
otra cara de la moneda conservadora. Más jóvenes, más guapos, más leídos pero
también dispuestos a seguir con formas de hacer que beneficien a los de
siempre, por mucho que hayan encontrado en el aplauso fácil, un apoyo
imaginario según los resultados definitivos. De IU ya casi ni hablar. La ley
electoral inmisericorde obliga a salir de la cueva al PCE y replantear su
estrategia. Ya no vale esconderse tras unas siglas, ahora es tiempo de dar la
cara sin complejos, sin máscaras, tal cual.
La palabra mágica es PACTO. Quién pacta con
quién…Intereses de partido o interés general. Es como cuando le tiras los tejos
a la chica guapa del baile y acabas enfrascado con la menos agraciada sin saber
muy bien cómo ha ocurrido. Un lío de narices donde todos se vigilan de reojo,
se piropean y apuñalan al mismo tiempo y se tientan la ropa no vaya a ser que
se queden fuera de un juego malvado donde tanto nos jugamos todos.
Prueba de lo peligroso de este cambalache
político, la tenemos en Otura. El Psoe e IU pactaron para formar gobierno desde
cuatro ejes “fundamentales” según ellos. Pues bien, muy poco se sabe de aquello
ni de la batería de medidas que iban a aplicar para enderezar el entuerto
económico del Ayuntamiento. Los villanos aún esperamos que dejen de celebrar
sus respectivas tomas de posesión y apliquen esas medidas maravillosas que
llevaban en sus programas electorales. ¿Era todo humo? El tiempo lo dirá, pero
amenaza borrasca en tierras otureñas y el primer trueno ha sido la dimisión del
concejal de economía y hacienda.